Carta a mi hijo

Jorge A. Oriza Vargas
Publicada por Novedades Editores, México,el 30 de julio de 1989

Hace muchos años, cuando mis hijos eran pequeños, y no obstante mis múltiples ocupaciones de aquella época, me di el tiempo para participar, casi al final del plazo del concurso, en este evento denominado Carta a mi Hijo, que organizaba entonces un periódico en México, de circulación a nivel nacional, llamado Novedades.

Mi carta, fue la ganadora de entre alrededor de 5000 cartas concursantes, lo cual por supuesto me llenó de una gran satisfacción, y más que por el premio que me otorgaron o por el reconocimiento del jurado, porque las ideas que plasmé en la carta, escritas con amor hacia mis hijos, fueron reconocidas como importantes y validaron los principios con los que estaba educando a mis hijos desde aquél entonces.

En la actualidad, todos mis hijos ya son mayores, y mis reflexiones sobre los valores y las actitudes ante la vida que les transmití, son las mismas que comparto con mis lectores en mis libros y que marcan hasta donde mi congruencia lo permite, mi vida personal; por eso me atrevo a hablar de valores fundamentales y de valores personales ante jóvenes, estudiantes, empleados o ejecutivos.

En fin, por el contenido de la carta, también porque igual comparten conmigo los valores y principios que en ella dejé escritos, y porque esto pueda quizá ayudarles a ver otra perspectiva sobre la educación de los hijos, les invito a leerla.

“Querido Hijo:
Hoy fue un día especial en mi vida. Lo que experimenté al salir del consultorio médico, fue una mezcla de tristeza y miedo, quizá pánico. Nunca antes lo había sentido.
Sin embargo, ya en la noche, al pasar por tu recámara y verte dormir con la expresión de transparencia e inocencia que tu rostro me mostró, sentí entre lágrimas, la necesidad de escribirte esta carta.
Hijo mío, toda mi vida tuve una gran inquietud por algún día encontrar la verdad; sí, la verdad de mi existencia. Ese gran misterio que desde pequeño, fue encontrando diferentes versiones, como el pensar que somos hijos de Dios, que Jesús es amor y que cuando muramos, podremos verle si vamos al cielo. Hoy, en el consultorio, me enfrenté a esa verdad desconocida. Ahora sé que muy pronto la conoceré y que esa misteriosa verdad, concebida por los hombres de diferentes maneras y en diferentes épocas desde la antigüedad, me espera en poco tiempo para acabar, irremediablemente con todos los planes e ilusiones que aún pasaban por mi mente, pero particularmente, y esto me angustia, con los planes que tenía para ti.
Desafortunadamente ya no podré acompañarte por la vida para aconsejarte y apoyarte; para verte estudiar una carrera; para verte ser todo un profesionista y formar tu propia familia; para vivir contigo y…con tus hijos.

Discúlpame, nuevamente las lágrimas muestran la tristeza que aún siento. Ahora creo que los pocos días que, según el médico, me quedan, debo aprovecharlos contigo. Deseo dejar en ti un recuerdo agradable, amoroso, paternal y quiero escribirte algunos consejos que resuman de alguna manera, la experiencia que después de muchos años he obtenido a través de la vida. Esa experiencia aprendida a veces dolorosamente, por equivocaciones o errores, pero en ocasiones adquirida como resultado del esfuerzo… y del deseo de querer ser mejor y de, como te dije en un principio, encontrar la verdad.
Lo que a continuación escribiré, son mis propias conclusiones de la vida y de los valores que considero podrán serte útiles.
Lejos de lo dogmático y filosófico que de la religión he aprendido, descubrí la existencia de un valor que representa la más útil y profunda enseñanza legada por el cristianismo. Este valor es el Amor. El amor que significa entrega total a quien se ama y renuncia a uno mismo: «Ama a tu prójimo como a ti mismo».
Quien hace de este hermoso valor un precepto de vida cotidiana, siempre comprende a los demás, jamás los ofende, busca también su bien y por ello, siempre es estimado y apreciado. El amor lleva consigo una gran cantidad de valores y nobles sentimientos: la humildad, el perdón, la comprensión y la fe entre otros.
Busca que estos nobles sentimientos sean luz que iluminen tu camino por la vida. Trata de ser siempre agradable, respetuoso, sencillo y cortés con tus semejantes. El trato con los demás, basado en actitudes de este tipo, te abrirá las puertas a insospechadas relaciones que te facilitarán el éxito en todo lo que emprendas.
Busca la razón, evita la terquedad y la necedad. Razonar es una cualidad que no siempre se encuentra en todos los hombres. Por lo general, la humanidad y por ello las sociedades actuales, basan su comportamiento en normas, leyes, costumbres e ideologías que en su mayor parte fueron concebidas en épocas pasadas, en circunstancias diferentes; a veces, estas ideologías o costumbres favorecen los intereses de unos cuantos, por encima de las mayorías. Para evitar ser conducido equivocadamente o enajenarte por costumbres no necesariamente convenientes o incluso por la información que los medios de comunicación masiva envían a la sociedad, trata de ser reflexivo, de razonar y sacar tus propias conclusiones de lo que puede ser bueno y conveniente. No aceptes todo por definición; busca siempre una explicación profunda de las cosas; utiliza tu capacidad de razonar, pues la razón es la puerta al camino de la verdad.
Se humilde y ten la capacidad de aceptar cuando estés equivocado, ya que esto es significado de madurez. Aceptar y conocer los errores que por la propia naturaleza del ser humano cometemos, es también otra vereda que te conducirá a la verdad. A veces te será difícil y doloroso reconocer que estas equivocado, pero siempre será mejor enfrentar esa realidad para superarla, que vivir en el error o en la mentira.
Emprender con entusiasmo y firme interés cualquier actividad en la vida, abre también puertas hacia resultados exitosos. ¡Cuántas cosas lograríamos si pusiéramos nuestro máximo esfuerzo y dedicación a todas nuestras actividades!, ya sea en la escuela, en el deporte o en el trabajo. Yo te garantizo por mi propia experiencia, que si siempre haces tu mejor esfuerzo para lograr lo que te propongas, alcanzarás resultados sorprendentes. Alguien me dijo un día, que no existen más limitaciones que las que uno mismo se impone y éstas, se encuentran fundamentalmente en la mente de las personas.
Finalmente, cultiva como una actitud importante en la vida, el sentido de la responsabilidad; cumple siempre con tus compromisos y obligaciones y si acaso es posible, excédete en el cumplimiento.
Haz las cosas lo mejor que puedas y esto, aunado a lo que te comenté anteriormente, te hará progresar paulatinamente y además, te lo garantizo, te permitirá ser una persona satisfecha consigo misma y con los demás.
Hijo mío, razona y analiza mis palabras. Si en alguno de los actos de tu vida, lograras el éxito por cualquiera de estos consejos, recuerda en ese momento, que tu padre siempre te amó.
Tu padre
Jorge

Portada primera edición de Inteligencia Emocional en el Matrimonio

Esta es la portada de la primera edición de Inteligencia Emocional en el Matrimonio por editorial Etoile, portada diseñada por mi hijo Gustavo Oriza Cano.

Presentación sobre Inteligencia Emocional en el Matrimonio

Esta es una presentación en Power Point con contenido y tema original de mi autoría, pero la presentación fue desarrollada por mi hija Leticia Oriza Cano, nuevamente con la portada diseñada por mi hijo Gustavo Oriza Cano.

Haz clic en la imagen para descargar la presentación.