Opinión editorial
Desde hace años, desarrollar la inteligencia emocional ha sido una importante necesidad del individuo contemporáneo, para la mejor convivencia en todos los ámbitos de su vida; en la familia, en el trabajo y por supuesto, en el ámbito de las responsabilidades docentes. La crisis de salud que hemos padecido desde hace más de dos años, intensifica esta necesidad; los ámbitos políticos, laborales y escolares, vienen sufriendo continuos cambios y las personas necesitan generar una importante capacidad de adaptación; adaptación que exige a los individuos, hoy como nunca antes, ser emocionalmente inteligentes.
La inteligencia emocional es entonces una fortaleza importante para los individuos contemporáneos; de manera importante, para adaptarse a la complejidad de la vida actual. Pero no lo es todo; es necesario desde nuestro punto de vista, vincular a nuestras capacidades y aptitudes socioemocionales -como el autocontrol y la regulación emocional- a las conductas respetuosas, tolerantes, honestas, responsables, entre otros atributos éticos, que, para nosotros, están íntimamente ligados al comportamiento y desempeño de quien es emocionalmente inteligente.
Por ello, crecer en inteligencia emocional demanda también un importante esfuerzo en la coherencia con valores como el respeto, la tolerancia y la comprensión; así lo venimos proponiendo desde hace muchos años e, insisto, hoy es una necesidad prioritaria pues como sostengo, nuestra sociedad y la humanidad en general, atraviesan por una importante “crisis moral”.
Bienvenido entonces a mi sitio web; pongo a tu disposición muy diversos artículos y los libros que hemos publicado, que creo te facilitaran el análisis y la reflexión sobre estos temas.